domingo, 6 de mayo de 2012

Romeo y Julieta, cuento de Edmundo Paz Soldán


          
         En un claro del bosque, una tarde de sol asediado por nubes estiradas y movedizas, la niña rubia de largas trenzas agarra el cuchillo con firmeza y el niño de ojos grandes y delicadas manos contiene la respiración.
         -Lo haré yo primero –dice ella, acercando el acero afilado a las venas de su muñeca derecha-. Lo haré porque te amo y por ti soy capaz de dar todo, hasta mi vida misma. Lo haremos porque no hay, ni habrá, amor que se compare al nuestro.
         El niño lagrimea, alza el brazo izquierdo.
         -No lo hagas todavía, Ale… lo haré yo primero. Soy un hombre, debo dar el ejemplo.
         -Ese es el Gabriel que yo conocí y aprendí a amar. Toma. Por qué lo harás.
         -Porque te amo como nunca creí que podía amar. Porque no hay más que yo pueda darte que mi vida misma.
         Gabriel empuña el cuchillo, lo acerca a las venas de su muñeca derecha. Vacila, las negras pupilas dilatadas. Alejandra se inclina sobre él, le da un apasionado beso en la boca.
         -Te amo mucho, no sabes cuanto.
         -Yo también te amo mucho, no sabes cuanto.
         -¿Ahora sí mi Romero?
         -Ahora sí, mi Julia.
         -Julieta.
         -Mi Julieta.
         Gabriel mira el cuchillo, toma aire, se seca las lágrimas, y luego hace un movimiento rápido con el brazo izquierdo y la hoja acerada encuentra las venas. La sangre comienza  a manar con furia.
         Gabriel se sorprende, nunca había visto un líquido tan rojo. Siente el dolor, deja caer el cuchillo y se reclina en el suelo de tierra: el sol le da en los ojos. Alejandra se echa sobre él, le lame la sangre, lo besa.
         -Ah, Gabriel, cómo te amo.
         -Ahora te toca a ti- dice él, balbuceante, sintiendo que cada vez le es más difícil respirar.
         -Sí. Ahora me toca –dice ella, incorporándose.
         -¿Me… me amas?
         -Muchísimo.
         Alejandra se da la vuelta y se dirige hacia su casa, pensando en la tarea de literatura que tiene que entregar al día siguiente. Detrás suyo, incontenible, avanza el charco rojo.

27 comentarios:

  1. Lo dejo solo al niño desangrándose a eso le llama amor la niña.

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    1. Uno nunca sabe como es el amor que tal si fue a pedir ayuda su amor es de ellos ellos se deven amar haci 😅😅😅😅

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    2. eeee en la lectura dice que se fue a su casa a terminar su tarea asi que no creo que fuera a pedor ayuda

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  2. ¿A qué clase de cuento pertenece el ejemplo anterior?

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  3. ¿A qué clase de cuento pertenece?

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  4. A qué clase de encuentro pertenece?

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  5. Como que esto me dejo en shok no lo pude creer como la niña le llama amor a eso 😅

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  6. Lo ultimo nos da entender que ella igual se corto solo que ella mistras se desangra piensa sobre su tareab

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